lunes, 31 de diciembre de 2012

Happy endings or stories unfinished?

Sueños que se hacen realidad. Personas que se encuentran a la vuelta de la esquina. Guerras de bolas de nieve en un paisaje invernal. Bodas con un final de “puede besar a la novia”. Sucias palabras de desengaño. Niños que nunca crecen en el País de Nunca Jamás. Príncipes convertidos en ranas y princesas que pierden zapatos de cristal al escapar a las doce de la noche. Hadas madrinas que transforman calabazas en carruajes y madrastras que te envenenan con una manzana. Hijos que se convierten en reyes, e hijas que se convierten en jefas de tribus. Héroes que se creen Robin Hood con un arco . Villanos como Scar con un ojo rasgado y mucha maldad. Cuentos de hadas para antes de dormir. Viajar y sentirte en casa y perderte y sentir que te has encontrado a ti misma. Cosas que parece irreales, extravagantes increíbles, ilógicas y estúpidas pero que por alguna razón te hacen sonreír. Como libros que esconden mil y una historias que contar. Fugaces estrellas que caen desde miles y miles de km y te quedas embobada mirando como si fueran un milagro o una noche de verano tirada en un campo arropada junto a alguien contemplando el inmenso universo.
Igual que un pirata sin su pata palo, igual que Juana sin su bonito arco, o Peter Pan sin Campanilla. Igual que la princesa sin su príncipe azul, o una abeja reina sin toda su panda ¿Que sería un dálmata sin todas sus manchas o Rapunzel sin todo su cabello?
Vivimos en un  mundo lleno de suposiciones, de expectativas por cumplir y de sueños que realizar. Igual que en los bonitos cuentos de hadas hay un final feliz solo la vida real también los hay solo que esos finales felices son cuentos que todavía no han acabado de narrar su historia.

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