lunes, 31 de diciembre de 2012

Querido Desconocido:

Te he estado esperando hoy también  en la calle donde solía verte de espaldas, absorta en mis ideas entre el ruido que la gente hace al caminar en plena hora punta. Y me he vuelto a preguntar ¿donde estas? Me gustaría poder volver a sentirme viva, con solo una mirada furtiva. Sin nada que decir excepto una sonrisa en la cara. ¿ Adonde fueron a parar esos momentos tan dulces? Por eso desconocido, vuelve. Te lo suplico. Pronto los arboles volverán a perder las hojas, y yo seguiré aquí, esperando. Eternamente, si es necesario. Por que simplemente no puedo olvidarle.  Esa sonrisa, quema lento, a fuego muy lento por mis entrañas, y no lo puedo parar. No quiero pararlo. ¿Qué puedo hacer? Si lo único que quiero es eso. Estaba rota y perdida, sin un rumbo marcado, en plena oscuridad que me marchitaba tanto por fuera como por dentro. Estaba sola, oh dios, tan sola. Y entonces llego. De la nada, como un pequeño atisbo de luz que se transformo en oscuridad al siguiente segundo. Y lo supe. Desde ese preciso momento, que lo que tu y yo haríamos seria hermoso e infinito. Forjado en fuego, el mismo que recorre estas entrañas. Pero, ¿Qué haré si no vuelves? No podre seguir, no sin esa voz. La que en medio de un silencio tan profundo como mi alma me saco de los mas terribles pensamientos. Estaba rota y perdida, sin un rumbo marcado, en plena oscuridad que me marchitaba tanto por fuera como por dentro. Así que vuelve, dime otra vez que me quieres, que soy única  idiota, y agobiante. Gritame, besame, abrázame … pero hazme sentir viva, otra vez, como en esos tiempos plagados de calor. Te estoy esperando, idiota. En la misma esquina, con la misma ropa de aquel día, aquel maravilloso día, en el que nuestras vidas se entrecruzaron de forma inesperada, y para no separarse nunca mas, y te lo advierto es un nunca que no puede acabar. Así que abre los ojos, por que estaré aquí.  Siempre. Por que tu creaste este maldito bucle de sentimientos que chocan unos entre otros. Así que arregla-lo o llévame contigo. No quiero un mundo vacío  y sin calidez. No quiero un mundo sin ti. Y te culpo, te odio por ello. Por que si no hubieses dado todo esto, seguiría vacía de sentimientos, sin nada que me importase excepto yo misma. Y tu lo cambiaste todo, absolutamente todo. Y te odio, oh dios, tanto, que se me desgarra el alma. ¿Cómo has podido irte? Y dejarme sola, de nuevo. Sin nadie al que aferrarme por este dolor en el pecho. ¿De donde sale, desconocido? Nunca lo había experimentado. ¿Esto es otra prueba? Como aquellos juegos que me proponías  para descubrir las expresiones que ponía  Como aquel día en la playa donde empezamos lo que toda una vida se me había estado destinado. Donde le puse significado a la palabra amor. Y ahora me lo arrebatas. Me lo quitas todo.  Eres tan cruel. Y te echo de menos, maldita sea, tanto. Y no estas, y se que nunca volverás  se que por mucho que llore, grite o pegue con estos puños pequeños  las paredes, el echo es que tu no volverás a susurrarme al oído que soy la cosa mas impredecible del mundo. Y por eso lloro, todos los días  desconocido. Y el único lugar que me calma, es esta esquina, donde te escribo esto. Por que se, que aun que ya no estés conmigo en este pútrido mundo, tu alma me escuchara. Por que estamos conectados ¿recuerdas?. Por hoy, mañana y siempre. Nos volveremos a ver, estoy segura, mi corazón lo grita a los cuatro vientos. Sera pronto, prometemelo. Por que si no me volveré loca. Loca de tristeza.  Así que  sálvame pronto, como aquella vez. Y juntos podremos volver a decir que: Que la palabra siempre se queda muy corta para nosotros. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario